Joyas de Ónice/Onix |
Colgantes, pendientes, pulseras, anillos y demás joyas hechas en plata 925 y ónice natural.
¿Qué es el Onix? |
La palabra Ónix se deriva del latín onyx y éste del griego antiguo ὄνυξ (ónyx, «uña» o “garra”), ya que cuando tiene bandas de color carnoso, se puede decir que es parecido a una uña.
Es un mineral de la clase 4 (óxidos), es considerado como piedra semipreciosa, aunque según la Asociación Mineralógica Internacional no es aceptado como mineral sino como una variedad de ágata o calcedonia. Está compuesto de sílice (óxido de silicio, SiO2).
Características del Onix |
Presenta una dureza es 6,5 a 7 en la escala de Mohs. Se fractura de forma concoidal (no se quiebra de forma homogénea).
Es un mineral muy tenaz y resistente. Su densidad es de 2.6 – 2.65 g / cm3.
Es en general de color negro, con bandas coloreadas que crean marcas de color marrón, blanco o negro en la piedra, tienen una textura de grano fino, también se puede conseguir en distintos colores y tonalidades que van desde el blanco o crema, hasta el verde, rojo, naranja o azul.
El ónix rojizo, marrón y blanco se conoce como sardónice.
¿Sabias qué?La sardónice era sumamente valorada en Roma, especialmente para los sellos, pues se decía que nunca se pegaba a la cera. El general romano Publius Cornelius Scipio era conocido por lucir grandes cantidades de sardónice. |
Yacimientos del Onix |
Tiene un origen volcánico, originada por la acumulación de gases volcánicos y suele ubicarse en una cavidad donde existe un goteo o en áreas adyacentes a aguas termales, ya que proviene de agua calcárea por depósitos en estratos (lo que causa las bandas de diferentes colores, características de esta piedra).
El mayor productor mundial de ónix es México, donde también se encuentra el yacimiento más grande de América, en la Comarca Lagunera (estado de Durango).
Los otros grandes productores de ónix son: Argentina, Brasil, China, Irán, Pakistán y Turquía.
Valor del Onix |
El precio aumentará dependiendo de algunos factores como el corte y el tamaño de la piedra. El valor también dependerá de la artesanía de la pieza de joyería terminada. El ónix negro también es más valioso que los otros colores disponibles.
Esta piedra puede ser pulida y trabajada para ser incluida como parte de una pieza de joyería, ya que está considerado como una piedra semipreciosa. Y en tal sentido se utiliza para la elaboración de las más diversas artesanías, como revestimiento en paredes, baños, escaleras, en mosaiquería, y en la preparación de collares, pulseras, anillos y otros objetos de ornamentación. También ha sido usado en el pasado para realizar camafeos.
Un camafeo es un relieve realizado a partir de una piedra preciosa, donde las figuras son delicadas y detalladas. Usualmente se utilizaban ágatas para los camafeos pero el ónix también era muy popular gracias a los contrastes de color que ofrece.
Propiedades del Onix |
Se cree que el ónix es una gema terrenal, que mantiene a una persona con los pies en la realidad y al mismo tiempo le protege de energía negativa.
También se dice que crea balance con la emoción y la pasión, al mismo tiempo que regula sentimientos negativos y estrés en general. La piedra ónix se utiliza como amuleto para el auto-control y la protección.
Esta piedra se relaciona con una historia de la antigüedad donde Cupido cortó las uñas divinas de Venus con un flecha mientras ella dormía. Él dejó los recortes dispersados sobre la arena y los destinos los convirtieron en piedra para que ninguna parte del cuerpo divino alguna vez falleciera.
Los expertos esotéricos recomiendan la piedra ónix para la protección contra auras negativas, envidias, mal de ojo y celos. Esta piedra al ser porosa y absorbente, tiende a atraer energías negativas y desaparecerlas en su interior.
Según dicen, si se porta algún accesorio con una piedra ónix incrustada, ésta se encargará de limpiar el aura.
Al parecer, esta piedra también puede ayudar a alejar las pesadillas y otorgará un sueño plácido y tranquilo.
Supersticiones del Onix |
Los antiguos romanos creían que llevar amuletos de ónix grabados con Marte, Dios de la guerra según la mitología romana, los llenaba de coraje en las batallas.
Las parteras inglesas del siglo XV ponían piedras de ónix entre los pechos de la mujer que estaba dando a luz, porque supuestamente les facilitaba las labores de parto.
También se usaban para la protección contra espíritus malignos y contra cualquier maldición.
Algunas tribus de aborígenes norteamericanas empleaban figuras hechas de ónix porque les ayudaban a manejar los poderes de la naturaleza, y a subsanar cualquier problema cotidiano.
Estas figuras como tal no tenían ningún tipo de poder innato, solo servían de medio para que los espíritus poseyeran a los propietarios.
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